Focaccia con tomates secos

Sabina es una amiga que vive en el Lago Maggiore, una región del norte de Italia fantástica. Verde, montaña y paisajes espectaculares al borde de los lagos tan bellos de esta zona, merece la pena visitar esta región italiana. Y, ¡qué bien se come en Italia!

La focaccia es algo muy tradicional en Italia siendo tan popular como la pizza, es como un pan aplastado que puede llevar romero, sal en escamas y aceite de oliva, se puede añadir cebolla, aceituna negra, tomates secos o aquello que la pueda hacer diferente, es cuestión de gustos.

Con esta receta abro una nueva sección, post salados, para hacer otras cosas que no sean dulces y que merezcan la pena,  expondré aquellas cosas que más me gustan, espero que resulten de interés.

En esta focaccia he mezclado 3 tipos de harina, no tiene por qué ser así. Si lo que tienes en casa es harina de fuerza sólo, también vale, 500 gramos es el total de las harinas propuestas. Ingredientes:

  • 65 gr de harina de trigo sarraceno
  • 85 gr. de harina de garbanzo
  • 350 gr. de harina de fuerza
  • media pastilla de levadura  de panadero (unos 10-12 gramos aprox.)
  • 300 ml de agua
  • sal normal para la masa
  • sal en escamas para el acabado
  • aceite de oliva
  • romero
  • semillas de sésamo
  • alcaparras
  • tomates secos

Mezcla las 3 harinas en un bol, echa la sal normal (una cucharada pequeña). En el agua templada echa la pastilla de levadura hasta disolverla completamente, a continuación la añades poco a poco al bol de las harinas hasta mezclarlo todo bien. Deja reposar la masa en el bol con un film transparente como unos 45 minutos aproximadamente para que suba y haga la levadura su efecto.

Extiende en una bandeja de silicona o sobre papel de hornear la masa completamente, tendrá un grosor de un dedo aproximadamente. A continuación echa los ingredientes esparcidos, los tomates en trozos pequeños, alcaparras, romero, sésamo y alcaparras. Finaliza con un chorro de aceite de oliva virgen y sal en escamas. Lista para hornear a 22o grados al principio, los 10-15 minutos primeros, el resto del tiempo a 200 grados, otro 15-20 minutos es suficiente.

Tarta de queso con frutas sin azúcar

La cocina francesa nos ha aportado grandes recetas, algunas son un clásico de la actual cocina, tengamos adoración o aversión por sus platos, con ellos podemos experimentar y crear recetas que no quedarán en el olvido. Valorar y reconocer las virtudes de la cocina gala me parece que es lo mínimo para todos los que andamos de cocinillas,  hay que ser humildes y considerar el buen hacer de estos cocineros, al César lo que es el del César. Francia es un país que me encanta. Casualmente nuestros vecinos organizan este próximo día 19 de marzo un homenaje a la cocina francesa a nivel internacional: goût de France.

Volviendo a lo nuestro, la pâte brisée o masa quebrada constituye una base para tartas, tartaletas, quiches y demás recetas que tenemos que tener si o si. De acuerdo que la mantequilla no es lo que más me atraiga pero la uso excepcionalmente. He visto varios vídeos de aquí y de allá y de mi libro de 1955 (la cuisine pour tous de Ginette Mathiot) finalmente me he decidido por esta opción de pâte brisée:

  • 250 gr de harina
  • 125 gr de mantequilla (temperatura ambiente)
  • 1/2 cucharada pequeña de sal
  • 1 yema
  • un poco de agua

En la encimera haces un volcán con la harina, echas la sal y la mantequilla, empiezas a compactar un poco y añades un chorro de agua (no mucha) y una yema, amasas bien hasta crear una bola; antes de envolverla en un film de plástico es conveniente que estires bien toda la masa con el pulgar contra la superficie donde estas trabajando, por lo menos una vez, como está en la fotografía. A continuación la dejas reposar una media hora, 40 minutos. Extiende tu masa quebrada con un rodillo, colocala sobre un molde y antes de hornearla pon un papel de cocinar con bolas de cerámica para evitar que suba (yo utilizo garbanzos, no es tan fino, pero sirve igual). A 180 grados unos 25 minutos, tal vez media hora; pasado este tiempo tienes tu base lista para rellenar con lo que te apetezca. Si la masa quebrada está muy blanca necesita un poco más de horno, es importante que quede bien horneada y no cruda.

El relleno a base de  queso, lleva lo siguiente

  • 2 huevos y una clara (la que te ha sobrado de la masa quebrada)
  • 200 gr. de requesón
  • 100 ml de nata de almendras (bio)
  • 3-4 cucharadas de sirope ágave

Bastes las claras, cuando han subido le echas poco a poco el ágave para endulzar, continuas batiendo; añade el resto de ingredientes: yemas, requesón y la nata de almendras, sigues batiendo e incorporas esta mezcla a tu masa quebrada que ya ha cogido color y  forma. Deja otra media hora a 180 grados tu tarta de queso en el horno.

Por último para finalizar,  he hecho una compota de frutas que perfectamente la puedes hacer el día anterior. Con estos ingredientes te dará para dos tartas aproximadamente:

  • 1 manzana reineta
  • 125 gr. de frambuesas
  • 1 mango
  • 1 ciruela
  • 1/2 rama de vainilla
  • un poco de agua (50 ml aproximadamente)
  • 2 cucharadas de sirope de ágave (viene en frascos, denso de color amarillo, es biológico y sirve para endulzar)

Pela todas las frutas en trozos pequeños excepto las frambuesas, ponlas a cocer unos 12 minutos a fuego bajo, es importante que vayas dándole vueltas con una espátula de madera para deshacer los trozos más grandes, eso te ayudará a extraer todo el aroma de la vainilla. Incorpora al principio el ágave y el agua para que ayude en la cocción.

Esta tarta de queso con frutas no es nada dulce, al no llevar nada de azúcar  es una delicia para aquellos que prefieren los postres poco dulces, es perfecto.

Galletas con chocolate sin huevo

Estas galletas no llevan nada de huevo, mantequilla ni aceite, llevan los siguientes ingredientes:

  • 70 gr. de aceite de coco virgen bio
  • 70 gr. de azúcar
  • 20 gr. de maicena
  • 30 ml de bebida de avena
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 2 ml. de vainilla (1 ampolla)
  • 150 gr. de harina
  • 6 gr. de levadura
  • Opcional: 75 gr. de chocolate de cobertura y una cucharada rasa de aceite de coco (para pintar y adornar algunas galletas)

Mezclas los dos primeros ingredientes (es importante que el aceite de coco esté a temperatura ambiente), cuando este cremoso de haberlo batido con el azúcar se añade la maicena y el siguiente ingrediente, la bebida de avena. Se bate un poco todo ello.

Continuamos incorporando el resto de ingredientes: sal y vainilla; dejamos para el final la harina y levadura. Estos últimos los incorporamos con movimientos envolventes hasta lograr una masa lista para extender.

Utilizando un rodillo extiende la masa en una superficie limpia y ligeramente enharinada, esto te permitirá ir haciendo tus galletas con el molde o cortador sin que se te peguen a la superficie donde estás trabajando. Las masa sobrante la vuelves a agrupar la extiendes, marcas de nuevo y repites la operación hasta finalizar toda la masa. Es una masa bastante manejable, lo cual te permite estirarla con facilidad  sin que se rompan.

Según las vas preparando las puedes colocar sobre un papel de hornear en la bandeja del horno, tiempo unos 12-14 minutos a 185 grados. Al sacarlas déjalas enfriar en una rejilla.